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domingo, 13 de junio de 2010

Molokai, la Isla maldita




Título: Molokai, la Isla maldita
Autor: Javier Escrivá
Año: 1959
Duración: 100 minutos
Color: b/n





Resumen:

Pese a no padecer enfermedad alguna, el padre Damián decide acudir a Molokai, una isla a la que acuden todos aquellos leprosos de Hawai y alrededores después que una orden del gobierno vea ésta como única solución para preservar a la población no contaminada.

El cura empieza a construir una pequeña comunidad católica que, poco a poco, comienza a reunir más y más fieles. Ayuda a los leprosos sin ningún otro objetivo que llevar a cabo el amor de Dios hacia los hombres para que lleguen a la conversión y, con ésta, a la salvación de cada una de las almas.

La comunidad crece: hacen una pequeña iglesia donde oficiarán misa y los enfermos están cada vez mejor atendidos. La ayuda del párroco no sólo tiene repercusión en Molokai sino fuera de la isla, por lo que empieza a recibir ayudas no sólo de América sino de otras partes del mundo y también de iglesias no católicas.

Los años pasan. Cada vez a la isla llegan más personas, también colaboradores del mosén. Unos llegan y otros se marchan: mueren. Aún así, los recién llegados lo hacen no como a un camino de muerte sino con alegría, aceptando la situación que les ha tocado vivir. Pero en la isla, la enfermedad tiene gradaciones. Los menos afectados viven en comunidad; los que más lo hacen recluidos en cuevas, alejados del resto, esperando la hora de la muerte.

El padre Damián acaba contagiándose de la lepra. Ahora bien, en la hora de su  muerte, un milagro tiene lugar.

Comentario:

¡Qué difícil es dar la vida por los otros! La cultura actual ve la forma de actuar del padre Damián como a algo extraño, no común, una locura que casi nadie llevaría a cabo. Sin embargo, con la historia se ve que hay acciones que el ser humano desarrolla no porque sí, no por una recompensa económica, sino por AMOR, un amor que transciende, que va más allá del hombre, que viene de Dios, que se manifiesta en Jesucristo en la cruz y que podemos recibir mediante el Espíritu Santo.

Todos nosotros, en una medida u otra, podemos hacer que el amor crezca dentro nuestro. Quizás no tengamos que emprender aventuras como las del padre Damián. Talvez nuestra llamada se halla más cerca de nosotros de lo que creemos... En cualquier lugar, tenemos que descubrir cuál es nuestra misión, a qué estamos llamados y esto lo podemos conseguir mediante una oración sincera con Dios quien nos guiará, si verdaderamente lo escuchamos,  y nos dará fuerzas para seguir nuestro camino real.

13 de junio de 2010

Anexo: Adjunto himno encontrado en Internet con fecha de 21 de julio de 2010 al padre Damian de Molokai.

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