Creía que la perfección terrenal podría ser posible. Sin embargo, experiencia tras experiencia constato que se confirma que aquello que Platón decía del mundo de las ideas se hace patente. Y es que parece ser que no es posible plasmar de manera perfecta aquello que tenemos en nuestras mentes. Simplemente, existen limitaciones en muchos frentes que impiden llevar a cabo aquella idea que deviene una utopía. Ante esto, ¿debemos conformarnos con las limitaciones que acaecen? Resulta triste, pero la resignación y el conformismo se convierte en la opción menos dolorosa, menos que el sufrimiento al no poder alcanzar el ideal que se persigue.
Pero, ¿podemos soportarlo solos? Tampoco lo creo: una fuerza superior nos tiene que ayudar, siendo ésta la fuerza de Dios a quien llegamos mediante la oración continua y esperanzada, teniendo confianza en que nuestra mente nos permitirá aceptar la situación actual de nuestra existencia.
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