Finalmente ha concluido la JMJ, Jornada Mundial de la Juventud, que ha agrupado a no sólo miles sino millones de jóvenes venidos de todo el planeta demostrando que el cristianismo no se encuentra desfasado ni ancorado en el pasado, sino presente en las sociedades de nuestro planeta. Pese a ello, existe ciertamente un sector de la población -formado por perriflautas y personajes izquierdistas que sólo conocen el respeto cuando es aplicable a ellos-, que se dedicaron a ultrajar el evento pacífico de la JMJ. A todos ellos, únicamente cabe contemplarles con pena y rezar con ellos para que conozcan al Señor y se arrepientan por sus actos.
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