EJERCICIOS ESPIRITUALES DEL 16 AL 18 DE JULIO DE 2010 EN LUMEN DEI
Los días 16, 17 y el 18 de julio han tenido lugar en el seno de la Congregación Religiosa LUMEN DEI, sito en Calle Xuclá 19 de Barcelona, los Ejercicios Espirituales Ignacianos. En éstos ha habido 10 conferencias cuyos temas son de interés no sólo para todo católico, sino también para todo cristiano y, en definitiva, para toda persona humana. A continuación, pretendo indicar el contenido de estas conferencias.
Conferencia 1ª, viernes 16 a las 21:45
SOBRE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES
«Lo primero que hay que hacer cuando se empiezan los Ejercicios Espirituales es saber de qué van. Éstos, pues, sirven para encontrarnos a nosotros mismos y alejarnos de nuestros defectos.
Pero, ¿qué son los defectos? Para corregirlos, hay que pedir a Dios que me muestres mis errores y cómo corregirlos; a continuación, poner los medios oportunos para hacerlo.
Los Ejercicios Espirituales
¿Para qué sirven? Para vencerse a uno mismo y reconducir la propia vida. Por ello, es necesario centrarse en las cosas importantes. Hay cosas que son malas no por ser malas en ellas mismas, sino a causa de estar desordenadas; hay otras que son malas en ellas mismas.
¿Cuál es el objetivo? Véase artículo 1721 del Catecismo: La Salvación del alma.
La moral
Sólo hay una moral, la de la naturaleza humana. Actuar de acuerdo con la naturaleza es lo moral. Ya que Dios me da una naturaleza, yo tengo que seguir la moral que ésta conlleva. Si uno va contra la propia naturaleza, se aleja de Dios, he aquí el pecado.
¿Cuál es la misión del hombre? Alabar, hacer reverencia y servir a Dios, todo ello para salvar su alma.
Viéndolo más detalladamente, vemos que “alabar” significa creer en Dios; “hacerle reverencia”, amarlo; “servirle”, obedecer.
Para hacer todo esto, tengo un tiempo determinado: mi vida. Después llega la muerte que puede ser con o sin Dios, es decir, el cielo o el infierno.
Todas las cosas creadas lo son para beneficio del ser humano. Ahora bien, como tales, tenemos que borrar de nuestras vidas todas aquellas cosas que no nos ayuden a estar más cerca de Dios.
Es menester que seamos “INDIFERENTES” ante todo lo que nos pasa hasta que Dios no se pronuncie y me indique qué tengo que hacer, es decir, escuchar a Dios y hacer Su Voluntad.
Lo que llena nuestra vida es la búsqueda de felicidad. Así pues, la primera cuestión es saber lo que me hará feliz: encontrar mi VOCACIÓN y VIVIRLA con fidelidad. Sin esto, uno nunca podrá ser feliz. Además, no hay que confundir entre el “placer” –que es puntual-, y la “felicidad”.
Tenemos que examinar nuestra vida en cuanto a “actividades”, “tiempo”, “sentimientos” y “apegos” y tener en cuenta el “TANTO-CUANTO”, es decir el coste de cada acción que llevo a cabo y si ésta me compensa o no.
“LO MÁS IMPORTANTE ES CREER Y HACER LAS COSAS POR DIOS”. La Virgen María y los Santos pueden ayudarnos a encontrar el Camino de Cristo, que nos conducirá a Dios, pues ellos son ejemplos de fidelidad a ÉL.»
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