El que se hace llamar Partido Socialista Obrero Español (PSOE) celebró ayer unas elecciones primarias en la capital de España para designar quién sería su candidato opositor a Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Dos fueron los candidatos: por un lado Tomás Gómez, quien no aceptó retirarse tras la petición del Presidente del Gobierno, Zapatero; y Trinidad Jiménez, actual ministra de sanidad de nuestro país, la misma que gastó una fortuna en vacunas contra la ya olvidada "Gripe A", y que tuvieron que tirarse pues parece ser que todo fue una jugada para que ciertos laboratorios ganaran dinero.
Ayer domingo, las urnas de la rosa y el puño dijeron en su mayoría sí a Gómez cosa que, por otro lado, significaba un "NO" a Zapatero y, por tanto, la oposición dentro del partido de todo lo que su máximo dirigente establece. Tal vez no se da aún por aludido, quizás no se quiera dar cuenta, pero lo que está claro es que la mayoría de los españoles esperan con ansia o bien que convoque elecciones anticipadas o que llegue el año 2012 para que una alternativa real gobierne España de una manera más digna de lo que lo ha hecho ZP durante los últimos seis años. Desconozco si la alternativa sólo existe con Rajoy y el PP o bien puede surgir de un PSOE renovado, cosa difícil cuando tal partido sigue conservando en sus filas militantes de la época del anterior ejecutivo socialista liderado por Felipe González. En cualquier caso, parece claro que la alternativa será siempre mejor que la liderada por el leonés.
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